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A veces solo necesitamos que alguien nos cache:

Actualizado: 24 ene

Buenas prácticas para no psicólogas en el acompañamiento a otras mujeres frente a una situación de violencia.

"Me tendrá lastima. Se preguntará porqué lo permití. Se preguntará porqué he dejado que las cosas llegaran hasta este punto."


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A través de cartas y memorias Lily Bloom nos comparte su experiencia sobre los efectos de violencia intrafamiliar y cómo es que el contexto de abuso físico, emocional y psicológico marca su vida con patrones relacionales que considera necesario romper.


Inspiradas a partir del trabajo literario de la escritora norteamericana Colleen Hoover en Romper el Círculo y Volver a Empezar queremos ampliar el panorama de las situaciones que rodean estas duras experiencias y dedicar esta reflexión a las mujeres que nos acompañan, sostienen durante estas situaciones y que crean caminos de esperanza, justicia y seguridad para quienes somos acompañadas.

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Estas son algunas claves que encontramos al analizar esta ficción tímidamente autobiográfica y dentro de una conversación terapéutica que compartimos con Mayte González, Psicoterapeuta Gestalt con Perspectiva de Género:


  1. Encontrar un espacio libre de juicios puede ser suficiente apoyo en el momento.

No es sobre ti, es sobre tu amiga o familiar que está pasando por esa situación. Muchas veces cuando nos cuentan algo que representa un peligro o que causa daño físico y/o emocional a alguien, solemos reaccionar de forma protectora. Donde automáticamente una serie de soluciones, respuestas y alternativas salen de nuestra mente, lo que en la psicología se conoce como: “Síndrome de la Salvadora”. Sin embargo, hay que tener presente que el proceso del que estamos hablando es el de la persona que está viviendo esa situación. Tomar en cuenta de que muchas veces la otra persona ya ha logrado dar un paso enorme para contar lo que le ocurre y encontrar un espacio libre de juicios puede ser suficiente apoyo en el momento.


  1. Deshacernos del juicio nos facilitará poner al centro la historia de la otra persona.

Dejar la moral y los juicios de lado. Los juicios crean distancia en la escucha activa es por eso que, además de estar consciente de lo que nos está compartiendo la otra persona, podamos identificar que nos evoca eso que escuchamos, qué sensaciones y pensamientos nacen durante este espacio en el que atestiguamos la situación que está atravesando nuestra amiga o familiar. Deshacernos del juicio nos facilitará poner al centro la historia de la otra persona y acompañarle de la forma en que lo necesite en ese momento.


  1. Darnos cuenta de que la otra persona puede sentirse diferente a nosotras frente a la situación.

Muchas veces la empatía se puede confundir con la proyección. Pensar en “qué haría yo si estuviera en esa misma situación” invalida lo que la otra persona nos está compartiendo y nos pone a nosotras mismas en el centro. Darnos cuenta de que la otra persona puede sentirse diferente a nosotras frente a la situación. Posiblemente quienes escuchamos sentimos un profundo rechazo o enojo, mientras que la otra persona siente miedo y confusión. El no anteponer nuestras emociones durante el espacio en el que nos está compartiendo sus sentires, pensares y situaciones nos ayuda a formar un espacio seguro para ambas, ambes. Es posible que en algún momento podamos compartir lo que nos hace sentir lo que escuchamos y lograr reafirmar nuestra disposición de acompañar a la persona de la forma en que lo necesite, siempre y cuando sea después de que la otra persona haya concluido o en otro espacio posterior.


  1. Procurar que en estos espacios se procure el cuidado de una como de la otre.

Recordar que mucho de lo que sucede durante este tipo de situaciones que afectan en bienestar físico, emocional y social de la persona que se encuentra en ella conlleva un duelo. Por tanto, un proceso de negación, aceptación, momentos con mucha tristeza u otros de evasión. El proceso no es lineal para quien lo vive.Tener en claro hasta dónde podemos acompañar y desde dónde tengo herramientas para hacerlo. Procurar que en estos espacios se procure el cuidado de una como de la otre.


Para nosotras es importante compartir los aprendizajes y reflexiones que construimos juntas y con las otres. Es por eso que consideramos necesario resaltar que "acompañar" no invisibiliza a la persona que acompaña, sino que la hace formar parte de una red de apoyo y un sostén que puede transformar vidas, que puede generar espacios amorosos y libres de violencia donde poder tomar fuerzas, respirar, llorar, tomar un fuerte aliento y al menos por un instante, caer en blandito, sentir que no estamos solas, que no estamos locas y darnos cuenta que es posible, romper el círculo.


¿Te gustaría leer el libro con otras lectoras? Te esperamos en el círculo de lectura virtual de Romper el Círculo de Colleen Hoover.





 
 
 

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